jueves, 29 de noviembre de 2012

De Zway al futuro


En agosto estuve en Zway (Etiopía): un mes en la misión de las Salesianas, dando clases de inglés por la mañana y dando todo lo que podía en el Oratorio por la tarde. Unas 500 niñas me acogieron, unos 1000 ojos me miraron con curiosidad, unas 1000 manos me cogieron de las mías o me tocaron el pelo porque les resultaba tan diferente y al mismo tiempo tan bonito. 
Un mes de mi vida muy fuerte, en el que ví con mis ojos qué es la dependencia creada por los “blancos” en África. Pero, sobre todo, ví qué significa “la convivencia interreligiosa”, e invitar, con el corazón y sin otra razón sino el cariño, a comer cuando sólo hay enjera y patatas.


Un mes, como otros del pasado, de voluntaria. Sì, ser voluntario/a tendría que ser una elección de vida. Eso, según mi opinión, no significa irse todo los años a un país lejano, sino ser coherente como voluntario en tu propio entorno cotidiano y también saber asumir la dificultad de volver después de una experiencia tan intensa a tu día a día, sin sufrir por la imposibilidad de salir por el mundo otra vez.




Éste ha sido un poco el tema del curso Bact to the Future, organizado por Don Bosco Youth Net dentro del Programa Juventud en Acción, en el que participé el pasado fin de semana en Bollington (Reino Unido), representando a la Confederación Don Bosco y, por supuesto y con orgullo, a Madreselva.

Durante 4 días, unos 25 jóvenes de 8 países europeos (Reino Unido, Bélgica, Malta, Austria, Alemania, Polonia, España e... Italia) nos reunimos en la Savio House de ese bonito pueblo cerca de Manchester, para compartir nuestras experiencia como voluntarios por el mundo y proyectarlas en nuestro futuro.

Partimos del análisis de nuestros viajes y, pasando por una divertida noche internacional y la profundización del concepto de “ciudadanía activa”, llegamos a tomar conciencia de nuestras posibilidades de participación en la sociedad como “jóvenes” y como “voluntarios”, gracias también a las oportunidades de “iniciativas” ofrecidas por la Unión Europea a través del Programa Juventud en Acción.

Dejé Bollington con una pregunta y una frase en mi cabeza, que os dejo aquí...

 Como voluntaria/o... ¿dónde quieres estar?
Do ordinary things extraordinarily well”                                                                                                                                     


 Stefania voluntaria 2012
                       

domingo, 18 de noviembre de 2012

Contrastes 5. Naturaleza y fotos, muchas fotos


“En India si el final no es feliz, es porque no es el final”.
Hoy os hacemos llegar, por el momento, la última entrega de la serie Contrastes como muestra de agradecimiento a todos los que habéis ayudado a la Fundación Madreselva y los jóvenes de Chennai a conseguir el proyecto “Tecnología para el Futuro”. Gracias a todos y todas.


Si te gusta la vida en la naturaleza y los animales, India es, desde luego, toda una experiencia en este sentido. El animal más famoso en India es la vaca sagrada, pero es importante apuntar que no todas las vacas lo son, sólo las de un tipo concreto y además colectivos no hindúes como los católicos o los musulmanes sí comen carne de ternera, aunque no es muy habitual. Si la vaca es un estereotipo de India, también es una realidad, las puedes encontrar pastando libremente en casi cualquier parte, incluida la Ciudad Electrónica de Bangalore donde se ubican Google o Yahoo, lo que ofrece una estampa bastante curiosa. Pero no sólo de vacas se nutre la fauna india, también hay cerdos, gallinas, cabras y cuervos, muchos cuervos e incluso en Bangalore y en otros puntos del Sur he podido avistar bastantes águilas.

Pero sin lugar a dudas, lo que más abundan son los mosquitos que parecen tener una significativa predilección por la sangre foránea. En el Estado de Kerala me encontré con elefantes por las carreteras, muchos de ellos en procesiones religiosas, dado que en el hinduismo también ocupan un lugar especial. En un templo de impronunciable nombre en la ciudad sagrada de Kanchipuram una elefanta adornada y maquillada me bendijo con su trompa cuando le ofrecí una moneda de 5 rupias, fue toda una experiencia, aunque los niños y bebés no parecían pensar lo mismo por sus incesantes llantos ante la vista del enorme animal. Además en algunos lugares se pueden visitar campos de recuperación de elefantes y ayudar a bañar a los animales, por ejemplo en Allpauzzha en Kerala junto al rio Periyar.

Y no se puede hablar de India y olvidar a los monos. Hay cientos de ellos en la mayoría de pueblos y ciudades, aunque como buenos supervivientes aparecen, sobre todo, en puntos turísticos donde no escasea la comida. La mayoría no son agresivos y puedes verlos jugar, comer a pocos metros de ti, robar gafas o bolsas de fruta. No obstante hay que tener cuidado porque algunas razas pueden ser peligrosas, de hecho he tenido alguna experiencia desagradable de intento de agresión por parte de un mono de casi un metro de altura entre las ruinas de la ciudad de Hampi, por suerte, creo que solo quería jugar aunque a mi me pareció bastante más hostil que el resto de miradas de curiosidad que he recibido en estos meses.

Por último, los tigres que son los que más se resistieron a aparecer ante mis curiosos ojos y que evidentemente poco hay que decir sobre ellos que no sepamos, que son felinos sorprendentes , preciosos, pero lamentablemente en peligro de extinción.

Otra de las experiencias más divertidas que he vivido en India, es que decenas de familias, grupos de amigos o adolescentes me pararan por las calles, templos o centros comerciales para hacerse fotos conmigo, no tanto en las grandes ciudades pero sí en los sitios turísticos donde acuden familias indias desde pueblos cercanos o en algunas de las aldeas más alejadas donde he estado. Al principio uno recela, no entiende que alguien quiera una foto tuya, pero al fin y al cabo ¿qué hacemos nosotros cuándo viajamos? Hacer fotos de los autóctonos a diestro y siniestro. Lo cierto es que la sensación de sentirse observada y casi como un personaje famoso durante los primeros días, dura bien poco, aunque siempre es divertido ver cómo quieren no una sino 10 fotos en diferentes poses y escenarios para tener un recuerdo de ti. Creo si hubiera pedido una rupia por fotos, creo que ya habría pagado al completo el billete de avión.

Tatiana Villacieros (Voluntaria 2012)

lunes, 12 de noviembre de 2012

El Salvador.



Ya han pasado más de dos semanas desde mi llegada a El Salvador. Días en los que un nuevo mundo  se abre ante mis ojos, extenso, no pudiendo alcanzar a percibirlo por completo.

Nuevo mundo para mi, viejo llamado por otros. Lleno de nuevos misterios, de nuevas aventuras, de nuevos sabores, olores, colores, nuevos sonidos, nuevas personas y nuevas costumbres...
Tiempo de aprender, de explorar, de descubrir.. Tiempo para crecer.

Desde que llegué he intentado buscar una palabra que englobe este “nuevo mundo” para mi.
Nada más bajar del avión y montar en el “carro de Don Manuel”, comienzo a rebuscar en mi mochila de palabras. CONTRASTES.
 
Casas altas, edificios llenos de oficinas, láminas oxidadas bajo las que señoras venden “pupusas” desde el amanecer, adolescentes que corren hacia el bus, niños que en los semáforos te vienen a pedir, recintos en los que señores gritan “vengan a comprar”, gente que comenta sobre “la chelita” al verme pasar.

País desconocido entre los conocidos, de gente increíble, de peligros y costumbres, de verdes paisajes llenos de miradas que te embaucan al pasar, de luchadores, supervivientes de altas mareas en las que condujeron sin timón ni timonel, país acogedor donde los haya.. País que comienza a ganar mi corazón..


Alejandra (Voluntaria de Gestión de Proyectos)

Contrastes 4. Matrimonios concertados y centros comerciales a la americana

En esta entrega vamos a adentrarnos en algunas de las costumbres y tradiciones indias que más me han llamado la atención durante estos meses.
Otra de las costumbres en la que se mezcla la cultura y la pobreza hasta hacerse indiscernible es la facilidad con la que los indios van descalzos por todas partes. Muchos, la gran mayoría, lo hacen porque son pobres y no pueden permitirse un par de zapatos, sobre todo para los niños que tan rápido crecen y que tantos pares necesitarían en sus primeros años de vida. Sin embargo, muchos adultos van descalzos por las ciudades y obviamente es obligatorio en templos y casas hindúes y musulmanas. Sin embargo, incluso aquellos que los usan, no ven el momento para deshacerse de ellos; es increíble lo rápido que pueden llegar a descalzarse una vez se sientan en el tren, en el autobús o ¡en el cine!
En cuanto a la tradición de los matrimonios concertados, después de haber conocido a muchas familias de diferentes clases sociales, castas y religiones sigue siendo un dilema para mí ¿está bien o no? Según los estándares occidentales puede parecer una aberración que los novios se conozcan poco antes de casarse o el mismo día dela boda, pero en una sociedad tan rica y compleja culturalmente como la india en sentido de idiomas, castas, clanes, religiones, etc. El matrimonio concertado puede resultar de gran utilidad. Una vez que te asomas a la realidad india puedes entender que estas uniones tienen éxito en la mayoría de los casos porque se buscan parejas afines culturalmente, y cada vez más los padres intentan que ambas partes sientan un cierto interés.
La razón que la mayoría de los indios dan para este tipo de matrimonios es que cuando la mujer se casa pasa a formar parte de la familia del novio y entre la sociedad más tradicional y rural, que es el 80% de la población, la nueva pareja se va a vivir con los padres de del marido. Por ello, la conexión cultural es tan importante. Sin embargo, cada vez más con la penetración de la cultura occidental y más que occidental yo diría estadounidense, se producen matrimonios por amor, sobre todo entre las clases más altas. Con todo, existen ventajas y desventajas en ambos tipos de matrimonios debido sobre todo a la multiculturalidad de India.
También hay que destacar que el número de matrimonios concertados entre las castas altas sigue siendo muy elevado, por lo que no se trata de un fenómeno relacionado con el analfabetismo o comunidades arcaicas. Asimismo, lo más interesante de este tema es que cada vez más con la penetración cultural occidental, los matrimonios concertados se ponen en duda, se moldean y se relajan las costumbres. Sin duda, en un futuro próximos años va a existir un declive de esta práctica y sobre todo una revolución a favor de la libertad personal de elegir, lo que es más difícil de predecir es qué va a pasar con estos matrimonios por amor.
En relación a la occidentalización que comentaba arriba, cuando entras en un centro comercial, lo primero que puedes apreciar es que pese a la cantidad de firmas internacional e incluso españolas que hay, el modelo es más bien estadounidense, es realmente curioso sentirse transportado al corazón de la más pura cultura “yankee”. Sin embargo, India no pierde su sabor y su color ni en este entorno, porque en cualquier centro comercial estarás rodeado de cientos de personas indias con burkas, saris, churidares, longhis, etc. En estos centros comerciales es donde se observa mejor esta mezcla o imitación al estilo indio de las tradiciones americanas, pero siempre sin perder de vista la más pura esencia india, no abundan las hamburgueserías, pero las hamburguesas pican; y sus bebidas y comidas siguen ocupando el lugar preferente y por supuesto no se vende cerveza salvo en sitios muy concretos. Dentro de este submundo que son los centros comerciales como símbolo de la cultura occidental, puedes ver a pocos occidentales, aunque sí puedes ver a las jóvenes indias vistiendo vaqueros y cortas camisetas o minifaldas que en otros lugares de India sería impensable. El vocabulario de los jóvenes que hablan ingles también está salpicado de vocablos y expresiones estadounidenses y el McDonalds aunque no abarrotado cada vez tiene más adeptos, aunque debido a las restricciones religiosas en materia de alimentación, sólo sirven pescado, pollo y hamburguesas vegetarianas.

Tatiana Villacieros (Voluntaria)

jueves, 25 de octubre de 2012

Contrastes III. Castas colas des espera y estrés, mucho estrés



En esta ocasión, vamos a desmontar algunos de los estereotipos sobre los indios y su cultura, o al menos intentarlo. En cuanto a la tan predicada espiritualidad de los indios, se pueden ver representaciones religiosas de todo tipo por doquier como comentaba la semana pasada, aunque quizá hay que apartarse del mundanal ruido de las grandes ciudades como Bangalore para apreciarlo mejor porque desde luego en el caos de la vida metropolitana toda espiritualidad es pura casualidad. De hecho, destacaría de la idiosincrasia india la ansiedad por conseguir las cosas y el nerviosismo en la conducción, en los transportes, con respecto a la comida, algo que me ha resultado realmente sorprendente dada la fama de su paciencia y tranquilidad; mi experiencia contradice totalmente este estereotipo: espirituales sí, en el templo; pero nada de paz y calma en la vida cotidiana.

En el momento en que intentas subir a un tren cientos de personas ansiosas empiezan a empujarse para subirse a la vez, o sino los autobuses locales que son de lo más concurrido y donde el conductor apenas se detiene para dejarte subir.

Lo que yo he podido observar en estos meses de la idiosincrasia india es contradictorio a ojos de un occidental. Los indios se ofrecen a ayudarte hasta extremos insospechados: para que llegues a tu destino o para que encuentres lo que buscas. En una gran mayoría de los casos, quizá porque el sur no es tan turístico como el norte del país, lo hacen de forma altruista a pesar de las pintas inevitables de turista que acarreamos. No obstante, cuando se trata de subirse a un medio de transporte o conseguir algo, la cosa se puede poner muy tensa, en un templo he llegado a ver cómo pegaban a alguien con una caña de bambú por saltarse las colas y ¡hemos llegado a las famosas colas de espera indias! En una estación de tren nos se respetan en absoluto, pero sí en los cines y en los sitios turísticos, aunque siempre con un punto de desesperación en sus caras por lo largo de la espera. Conmigo en todo momento han sido muy respetuosos, pero quizá es porque al ser extranjera consideran que tengo un estatus social superior, y es que desde luego el clasismo y la jerarquización de la sociedad india es inmenso, se puede ver en el trato a las hermanas, en el trato proferido por los empleados públicos al resto de la población, ¡en absoluto parece que estén ofreciendo un servicio! Sino que están por encima de los demás y así con ejemplos continuos cada día de cómo, aunque las castas estén abolidas por ley, siguen siendo un lastre para la sociedad.

Esto se puede ver, sobre todo, en lo que se refiere al reparto de la riqueza y a la obtención de un puesto de trabajo, pertenecer a una casta baja, los conocidos como dalits e intocables supone no tener derechos en absoluto en comparación con las castas más altas. Por ejemplo, en un pueblo en el que estuve cerca de Dindigal en Tamil Nadur al sudeste del país, el poblado estaba divido por castas y solo les separaba una carretera, las castas más bajas no pueden tener perros machos par evitar que dejen embarazadas a las perras de las castas más altas que viven enfrente. Sin embargo, en algunos lugares la pobreza es tal que yo misma soy incapaz de reconocer quién pertenece a las castas bajas o tribales y quien a las castas medias.
Esta situación parece ir mejorando con el trabajo de organizaciones nacionales e internacionales, pero el Gobierno mantiene una postura ambigua. Como decía, las castas están prohibidas por ley, pero las personas tienen un carnet de identidad donde se especifica con claridad su casta por nacimiento y de la que no se puede salir de por vida.

Es necesario conocer bien la mentalidad india para trabajar con ellos, puesto que los indios consideran, sobre todo si se trata de hindúes, que su nacimiento les liga de por vida a una casta determinada y creen que poco pueden hacer para cambiarlo. Por ello, sugerir educación, mejoras en las condiciones de vida y apoyar para que estas personas alcancen la igualdad de oportunidades es el mejor trabajo que se puede en India, aunque de momento persista la discriminación.

Tatiana Villacieros

viernes, 19 de octubre de 2012

Mis primeros días...


Mis primeros días en La India son…diferentes. Hay cosas que al principio me sorprendían, como que coman con las manos. Lo mezclan todo: la salsa, el arroz y lo que haya y… ¡para la boca! Es curioso ver con la facilidad y la gracia que lo hacen, siempre limpios, manchándose sólo un poco las manos. Otras que me hacen gracia, como ver a un mono corriendo por el jardín de la casa o por mitad de la carretera y que a nadie le sorprenda, sólo a mí. Otras que me entristecen, como ver las calles llenas de basura. Otras que me hacen relamerme la boca, como los distintos y picantes sabores. Otras que me enloquecen, como el ruido del claxon en todo momento. Otras que me hacen abrir bien los ojos y los oídos, como los colores de las prendas de vestir de las mujeres o la música y las danzas de las niñas, y otras que me sacan una sonrisa, como cuando los niños vienen y me dice “Mum, how are you?”
He de decir que antes de venir aquí no tenía mucho conocimiento de la sociedad india más que alguna que otra película, el yoga, la religión Hindú (por encima), Bollywood (que resulta que es sólo un tipo de cine indio, el hablado en hindú y que luego cada región tiene su propio estilo de cine con la lengua de la zona), que hay una desigualdad bastante grande entre los ricos y los pobres… Bueno y algunas anécdotas de amigos y amigas que han viajado por aquí: “¡Es el país del viajero!” me decían unos, “La gente es muy simpática, ya lo verás” me decían otros “Es un país que sorprende” me decían todos. Y, de momento, todo esto es verdad, bueno por lo menos lo último, porque a viajar empiezo en unos días.
Con muchas ganas de conocer todo lo que pueda, aprender todo lo que me puedan enseñar e intentar aportar algo de lo poco sé, pero por experiencias anteriores sé que al final me terminaré llevando yo más de lo que deje.

Mis primeros días en La India son…diferentes.



Lucia López (Voluntaria de gestión de proyectos 2012)

jueves, 18 de octubre de 2012

Cotrastes II. Religión y otros avatares del voluntario

“No entiendo nada”, eso es lo primero que pensé nada más subir en el avión con destino a India y no sólo es que lo pensara en ese momento, sino que se ha convertido en la frase más repetida a lo largo de mi experiencia como voluntaria. No entiendo por qué la comida tiene que picar hasta que uno no siente los labios, no entiendo cómo son tan amables conmigo los indios y luego se matan a empujones para subir al tren, no entiendo por qué todo está sucio hasta límites insospechados… y así hasta tener un número increíble de preguntas avasallándome en cada esquina.
La India tiene un tamaño continental y viven más de 1100 millones de personas, hay 28 Estados y 7 territorios independientes, existen más de 20 lenguas oficiales, conviven decenas de etnias y sobre todo centenares de castas y subcastas, además de hindúes, musulmanes, sijs, budistas, jainistas, católicos, etc.
Cuando Madreselva me dio la oportunidad de ser voluntaria en La India muchos sentimientos contradictorios se enfrentaron en mi interior, la alegría por cumplir un sueño, el miedo a la cantidad de trabajo que me esperaba, la tristeza por dejar a mi familia y amigos, pero sobre todo la ansiedad por descubrir las experiencias y aventuras que me aguardaban. Tras 5 meses en India y la cantidad de anécdotas que he vivido, los miles de kilómetros que he viajado y los cientos de personas que he conocido son imposibles de resumir en unas pocas líneas, pero puedo esbozar algunas de las cosas que he aprendido.
Las primeras semanas no fueron fáciles, primaba en mí el deseo de volver a casa, de ver a los míos y dejar atrás la locura del tráfico de Bangalore, el calor espantoso de Chennai y la contaminación que te impide hasta respirar cuando estás sentado a toda velocidad en un autorickshaw, bueno a toda la velocidad que un tuk-tuk puede alcanzar, digamos que unos 50 kilómetros por hora.
No obstante, finalmente el trabajo me absorbió y poco a poco me fui integrando en la vida del país. La Fundación Madreselva trabaja en países en desarrollo sobre todo a través de proyectos con las Hermanas Salesianas. En estos meses aprendí mucho sobre el trabajo en cooperación, pero sobre todo he aprendido sobre mí misma, cómo gestionar la soledad, cómo lidiar con las injusticias que uno ve cada día y cómo aclimatarse a una cultura totalmente diferente.
La vida en el convento no es fácil, aunque las Hermanas o Sisters como aquí las llaman son muy atentas y cariñosas, el ambiente puede ser un poco agobiante, sobre todo, porque uno pasa de tener una madre a 12.000 kilómetros de distancia a tener 5, 10 o 30 dependiendo de la comunidad y zona donde esté trabajando. No fumar, no llevar tirantes, no tener un bar al que ir con los amigos, ir a misa todos los domingos, puede ser abrumador para cualquiera, pero solo hace falta una cosa, tolerancia y conocer a las personas. Todas las vicisitudes de los viajes y convivencia que puedo relatar se compensan con el trato que he recibido por parte de los niños, mujeres y jóvenes que agradecen sobre manera cualquier pequeño detalle que tengas con ellos. Sin duda, las personas son el gran capital social de India.
Volviendo al tema religioso que es uno de los más transcendentes para comprender la sociedad india, puedo decir que las misas católicas son cuanto menos sorprendentes. Las he presenciado en varios idiomas, con servicios de hasta dos horas y medias, pero lo que más destaca es que si en España a alguien se le ocurriera decorar una iglesia como lo hacen allí probablemente se enfrentaría a un juicio o al menos a una airada opinión pública. En India a la hora de decorar o complementar un rito religioso todo parece poco, luces de led, espumillón, tambores electrónicos para acompañar la eucaristía y hasta proyectores para que los fieles no pierdan el hilo de la misa.
También en las otras religiones del país, los rituales son curiosos desde las donaciones de pelo en Tirupati, uno de los templos más grandes y sagrados del hinduismo que visitan millones de personas al día, las danzas y cánticos transcendentales o las ofrendas de todo tipo. Además, se puede escuchar la llamada a la oración del imán prácticamente en cualquier pueblo, aunque los musulmanes sean una minoría; y cerca de Mysore pude visitar el Templo Dorado budista, donde viven miles de monjes, muchos de ellos refugiados tibetanos. Fue para mí sorprendente verles lavar la ropa, trabajar en la tienda de recuerdos vendiendo Coca Cola, hablando por el móvil, comprando de todo en los pueblos vecinos, o meditando, pero sin duda lo que más me sorprendió fue ver a los monjes de apenas tres años correteando en los alrededores del templo, porque el monje budista nace, no se hace.
Así que los contrastes religiosos están asegurados en India, pero a pesar de esta gran variedad de fes y ritos, la población convive, tolera y respeta las diferencias del otro. Es cierto que hay casos de discriminación o violencia interreligiosa, pero si pensamos en las proporciones del país asiático, son pocas para la complejidad que presenta una sociedad de estas dimensiones y complejidad.

martes, 16 de octubre de 2012

La historia de Laxmi

Hola, me llamo Laxmi y tengo 16 años, vivo en un suburbio de Chennai con mis dos hermanos y mis padres. Somos procedentes de un pueblo agrícola a 200 kilómetros de la capital, pero hace unos años vinimos aquí para buscar mejores oportunidades laborales para mi familia. No hemos tenido suerte, nos dedicamos a la recogida de basura. Mis hermanos son más pequeños que yo y estudian en un colegio público, yo acabé hace un par de años mi educación básica, pero mi familia no puede permitirse mi acceso a una educación superior porque no dispone de recursos.
A pesar de que soy una buena estudiante, la desesperada situación de mi familia provocó que mis padres decidieran casarme, así tendrían una boca menos a la que alimentar y conseguirían algunos ingresos con el pago de mi dote, me sentía atrapada y con pocas opciones de futuro. Sin embargo, hace unos meses mi situación dio un giro esperanzador, cerca de mi barrio encontré el Centro de Formación Profesional de Kodambakkam donde las Hermanas Salesianas me han ofrecido una beca para estudiar un curso de informática y de inglés. Esta formación me va a capacitar para encontrar un trabajo cualificado y permitirá a mi familia salir de círculo de la pobreza en la que llevamos inmersos desde hace años.
 No obstante, los ordenadores están obsoletos y tenemos que compartirlos con cuatro compañeros más, lo que dificulta las clases y el aprendizaje, por eso desde aquí te pido tu ayuda para comprar nuevos ordenadores que nos abran la puerta a decenas de jóvenes y mujeres hacia un futuro mejor.  Además, al contar con pocos ordenadores, somos pocos los que podemos disfrutar de estas becas y estudios cualificados, por eso si consiguiéramos estos nuevos ordenadores, seríamos más los jóvenes y mujeres con una capacitación técnica de calidad.
Desde la Fundación Madreselva os hacemos llegar la petición de Laxmi y de decenas de beneficiarios que solicitan la compra de 5 nuevos ordenadores a través del proyecto “Tecnología para el futuro” para el centro de formación profesional de las Hermanas Salesianas en Chennai. Podéis participar en esta campaña a través de http://microdonaciones.hazloposible.org/proyectos/detalle/?idProyecto=25 y sino puedes donar, ¡compártelo!, porque tú sí tienes ordenador, porque tú sí puedes ver este mensaje. Gracias por vuestra colaboración.

jueves, 11 de octubre de 2012

I. Contrastes.

 
En India todo puede pasar, todo puede suceder porque las contradicciones y los contrastes forman parte de la vida cotidiana de los indios e indias que se enfrentan con estoicismo a las penurias y sorpresas de los pueblos y ciudades de este subcontinente. Pero estos contrastes también forman parte de la vida de los voluntarios que como yo nos vemos inmersos en un mundo nuevo, caótico y desconocido que se convierte poco a poco en costumbre, orden y hogar del visitante o del turista, del empresario o del voluntario.

Cuando llegué a Chennai, primer destino de mi aventura, pensé que no iba a entender nada y en muchos casos así fue, hace falta madurar cada imagen grabada en la retina, cada olor, cada conversación, cada impresión para sacar conclusiones sobre este país y aún con todo, incluidas miles de páginas de documentación, no resulta fácil comprender la inmensidad cultural de la colosal India.

Los burkas de las mujeres musulmanas frente a los descocados saris de las hindúes, los caros trajes de marca de las oficinistas de clase media junto a los vestidos de exploradora de las turistas y los harapos de los brahmanes; la mezquita, la iglesia, el templo hindú o budista próximos a los centros comerciales de lujo; los zapatos de piel junto a las sandalias destrozadas de un niño o los pies descalzos y tullidos de un anciano; el móvil de última generación frente a los destartalados autobuses sin ventanas… Contrastes obvios, pero no exclusivos, porque si hay algo que caracterice más a India que sus contrastes es su tolerancia, su integración cultural y la convivencia. La oficinista maquillada puede ir sentada junto a la mujer musulmana que utiliza su móvil de última generación en el autobús destartalado, o el niño sin zapatos llevar un uniforme de un colegio reputado de la zona y la turista despistada puede ser una voluntaria española buscando un poco de sentido en este aparente desconcierto.

En esta serie de artículos voy a intentar acercaros a estos y otros contrastes que he podido vivir durante 6 meses en mi aventura por India, ¿os espero la próxima semana?


En la Fundación Madreselva ahora estamos inmersos en un proyecto de microdonaciones en el que puedes participar aportando una pequeña cantidad para comprar y transportar 5 ordenadores para jóvenes y mujeres del centro de formación profesional de Chennai. Y si no puedes donar, ¡ayúdanos a difundirlo!

http://microdonaciones.hazloposible.org/proyectos/detalle/Default.aspx?idProyecto=25

Tatiana Villacieros (Voluntaria 2012)




lunes, 8 de octubre de 2012

La Historia de Ana Cely Vargas: “ESTAMOS ABANDONADOS POR LAS AUTORIDADES”


  • Vecinos de Los Olivos y sus seis barrios de invasión  reclaman asistencia y un Centro de Salud.
  • Aseguran que el  Oratorio Don Bosco ha cambiado la vidas del barrio.
  • Historias de barrios de Cúcuta (Colombia)


Ana Cely Vargas, de 25 años llegó a Sabana Verde, uno de los seis barrios de invasión adjuntos a Los  Olivos, hace cuatro años .Vino con su hijo Víctor  Manuel, que padece parálisis cerebral. Vivían en el municipio de Tamé , en el departamento de Arauca. La violencia arrasaba a diario la zona. Un día la guerrilla los “invitó” a marcharse.
Ahora es una de 20. 000 personas, la mayoría desplazadas  por la violencia que viven en el  sector. Todas ellas en grave situación de  vulnerabilidad.  Desde hace dos años Ana Cely y su familia acuden , periódicamente, al Oratorio don Bosco de los Hermanos Salesianos, donde realizan distintos cursos de formación y donde, asegura, ha encontrado una nueva familia.”
“UN DIA  ME DIJERON “NECESITAMOS QUE SE PIERDAN DE  ACÁ”
“Vivía con mi esposo en el municipio de Tamé. Allí nació mi hijo Víctor Manuel, que ahora tiene 8 años. Dí a luz con una partera, que nos cobró 40.000 pesos. No podía pagar los 400.000 pesos que me pedían en el hospital. Nos dijeron que le faltó oxígeno al nacer. Pero, no creo que si hubiéramos podido ir al hospital su situación hubiese sido diferente. “, dice Ana Cely  en su casa de Sabana Verde.

“Alli estábamos en una finca de plátano, yuca y maíz. También vivía con nosotros, Kevin, un muchacho huérfano que acogió mi esposo. Un día que caminaba por el campo, sufrió un accidente por una mina antipersonas y le tuvieron que amputar las dos manos. Mi marido se vino con él al hospital de Cúcuta. Mientras tanto los enfrentamientos entre los distintos grupos guerrilleros eran cada día más violentos. Lo destrozaban todo, terminaban con el ganado, con todo…Habían matado a varias personas. Yo estaba sóla con Víctor, Manuel y un día, ya me dijeron: necesitamos que se pierda de acá”.

Eso fue el 11 de Enero de 2008. Ana Cely, agarró a su hijo y con solo una ollita se vino para Cúcuta. Lo dejó todo atrás.
 Los primeros tiempos fueron muy difíciles. A Víctor Manuel le diagnosticaron parálisis cerebral, pero no recibía terapia de ningún tipo. Kevín acaba de salir del hospital y había perdido las dos manos. No tenían donde quedarse.

“Durante unos meses recibimos una ayuda de la Cruz Roja, pero si salimos adelante fué por la ayuda de los amigos. Después de un tiempo, mi marido encontró un trabajo en la construcción y pudimos tener alguna plata”.

Como desplazados, Ana Cely, recibe una ayuda para toda la familia de 640.000 pesos dos veces al año.
“Al principio eran 915.000, pero ha ido disminuyendo” nos dice.
Con  dificultad, también ha ido consiguiendo terapias para Víctor.
“Todo es muy complicado. Hay muchas dificultades. Desde el 2008 le llevaba al Centro Rehabilitación del Hospital. El desplazamiento era complicado y, costoso. Y no  vimos mejora. Tuve que dejar de llevarlo porque no tenía con que pagar la buseta.”

Después consiguió que le dieran para terapias domiciliarias, pero, de nuevo un parón, porque le proporcionaron  una silla de ruedas y le quitaron la rehabilitación.
Desde hace tres meses, de nuevo, ha logrado tener terapia domiciliaria-
“Veo  resultados. Es verdad  que está más sueltecito. Y en lenguaje y ocupacional ha avanzado. Pero no ha recuperado el equilibrio y no se sujeta. Eso me preocupa mucho”.

Victor Manuel asiente a lo que dice su madre. Poco a poco ha conseguido emitir sonidos, y mueve la mano izquierda con destreza. Ahora acude, semanalmente a un curso de Pintura en el Oratorio don Bosco. Hoy ha dibujado un precioso paisaje en acuarela.

“Para nosotros el Oratorio don Bosco de los Hermanos Salesianos es muy importante. Yo acudo a todos los cursos que puedo.- cuenta Ana Cely-.  Ahora estoy en el Pedicura y Manicura, que nos cuesta solo 29.000 pesos y en el de Pintura, que es  gratis. Los jueves, tenemos una reunión de todos los discapacitados del barrio que quieran acudir. Nos apoyan mucho. David Umaña, el coordinador del Oratorio ha obtenido ayudas para que le compremos una cama a Víctor y pueda descansar. Nos ayudan si tenemos que hacer alguna gestión ó tramitación. Siempre sabemos que podemos acudir allí. Es un lugar abierto que recibe a todo el mundo”.

“EL ORATORIO DON BOSCO HA CAMBIADO LA VIDA DEL BARRIO”

En el sector, unas  1.500  personas sufren algún tipo de discapacidad. Son  adultos, jóvenes y niños. No tienen  ningún lugar cercano donde poder recibir rehabilitación. Por eso en el Oratorio, se ofrecen sesiones gratuitas para las personas más necesitadas.
 Kevin también acude periódicamente a las reuniones de los jueves del Grupo de Discapacitados.
Cuando sólo tenía 13 años, allá en Arauca, sufrió su primer accidente que le causó graves daños en una pierna.

“Había muchos combates entre el Ejército y la guerrilla. Lanzaron un mortero y me partió la pierna”.-dice. Ahora tiene un implante de platino y anda con dificultad. Pero, cuatro años después vino lo peor.
“Estaba trabajando y me aparte un momento del camino. Me tope con una mina antipersonas”.

 Después de tres meses en el hospital salió con las dos manos amputadas. A sus 22 años se defiende con gran destreza. Todo lo ha aprendido él solo.
Se matricula en todos los cursos que puede. Ahora acude al de Pintura en el Oratorio. Recientemente hizo uno de Sistemas.
“Me gustaría hacer un curso de Diseño Gráfico, pero me piden el Bachiller y  no lo tengo. Tampoco tengo ningún subsidio. Antes me dijeron que no lo podía pedir porque era de Arauca, y¿ si somos desplazados como lo íbamos a pedir?.Aquí solo dan indemnización al Ejército, la Polícia o a sus familiares. Para los ricos sí hay. Los pobres siempre pierden. Acá en Colombia es así”, dice con tristeza.
Ahora con ayuda de un abogado está intentado tramitar una ayuda.
“. Yo me manejo perfectamente y puedo trabajar. –nos dice .Pero, nadie me da un empleo. Estamos abandonados. Por eso valoramos tanto al  Oratorio. Su labor es muy buena. Ha cambiado la vida del barrio. Con  su presencia todo es muy diferente”.

 “ESTAMOS ABANDONADOS. NECESITAMOS UN CENTRO DE SALUD”.
 Ana Cely, que  también tiene una niña de 17 meses,  dice que lo que más desea es una educación para su niño.
“A él  lo mandan a centros especiales, pero yo quiero que el vaya a un centro normal. No me dicen que no, pero me ponen tantas pegas que  no es posible. Desearía que enviaran profesores especializados al barrio para que le den educación, que mi niño es muy entendido”
Otro deseo,que es  una  verdadera necesidad  ,es que hubiera un centro de Salud en  el barrio.
“Sería maravilloso –dice Ana C ely-Estamos abandonados por las autoridades en todos los sentidos. Los vecinos hacen lo que pueden. Si que hay que ayudar a arreglar las calles, se hace.. Pero la salud es lo más importante..Lo necesitamos con urgencia. El día a día se nos hace muy difícil”

Carmen Corredor. Voluntaria 2012

miércoles, 3 de octubre de 2012

Casa Maín (Santa Cruz de la Sierra - Bolivia)


¿Qué decir sobre mi experiencia en Casa Maín? Llevo aquí casi un mes y me parece que fue ayer cuando llegué y mi compañera Carmen y Sor Magdalena estaban esperándome en el aeropuerto; el camino en "movilidad" hasta llegar al hogar, viendo paisajes y personas diferentes, la llegada y los cientos de niñas rodeándome y haciéndome todo tipo de preguntas, diciéndome sus nombres, abrazándome, el cálido recibimiento de Sor Inés y el resto de la comunidad...
Pero por otro lado, ya me parece que llevo aquí toda la vida; los horarios de las ñiñas y voluntarias, las clases, los oficios, el rosario...parece que todos los días van a ser iguales, pero de una forma u otra al final siempre hay algún imprevisto. Sabemos cómo empezamos, pero nunca lo que nos deparará el nuevo día, es una constante aventura, excitante pero a veces agotadora.
La estancia en Casa Maín es también un bombardeo de nueva información para nuestros sentidos: sonidos como el canto fuerte y constante de las chicharras, el ruido ensordecedor de las lluvias torrenciales típicas del inicio de la primavera, el ulular del viento; olores como las flores desconocidas del jardin, el corral del "chancho", el jabón que utilizamos para lavar la ropa; sabores de las estupendas comidas que cada dia mami Vicky prepara para todas nosotras e incluso la sensación de las picaduras de los mosquitos que constantemente nos "atacan". Todo eso sin hablar de los sentimientos, que también pueden ser una verdadera montaña rusa, pasando de la frustración, impotencia o pena cuando no consigues que las niñas te hagan caso y estudien o hagan sus deberes a la más absoluta felicidad cuando vienen y te abrazan sin ningún motivo o te piden tu bendición antes de irse a la cama.
¿Qué decir sobre mi experiencia en Casa Maín? Que es una experiecia única e irrepetible, enriquecedora y con la que estoy aprendiendo muchísimas cosas, sólo espero poder dejar aquí, al menos, una mínima parte de lo que me voy a llevar.
Gracias!!


Chus Regueiro. Voluntaria 2012

martes, 25 de septiembre de 2012

Una realidad:El barrio de los Olivos (Cúcuta-Colombia)


Colombia tiene 46 millones de habitantes. Y es un país con una economía en crecimiento. De hecho, junto a Perú, es la nación que en el último año tuvo mejores resultados económicos.
Pero, al mismo tiempo, es uno de los países con mayores desigualdades sociales, es decir la brecha entre ricos y pobres es grande en Colombia.
Y el Estado que debería cubrir gran parte de las necesidades sociales de la población pobre, está ausente en la mayoría de los casos.
Esta situación propicia que, de forma generaliza, aparezcan grupos armados ilegales para cubrir el espacio donde  debería tener presencia el Estado. Bajo la apariencia de protección a los más necesitados, estos grupos ejercen presión a los habitantes de las zonas rurales y estos se ven obligados a abandonar sus hogares, dejándolo todo atrás y empezando de cero, en lugares completamente nuevos y desconocidos.

El departamento de Norte de Santander tiene unas características muy particulares. Primero una frontera limítrofe con Venezuela que propicia todo tipo de comercio ilegal, narcotráfico, secuestros, sobornos, y otros tipos de delincuencia. Aprovechando esta situación, los grupos al margen de la ley quieren hacerse con  el control de esta parte del territorio y así presionan a los campesinos para que abandonen sus propiedades.
Estas personas llegan a las nuevas ciudades como Cúcuta, con el deseo de iniciar algo nuevo, y piensan que en una capital pueden tener más oportunidades.
Pero la realidad es muy diferente.
Cuando llegan, por ejemplo, aquí a Cúcuta , ¿Qué se encuentran?
Las oportunidades de empleo son mínimas. Las posibilidades de trabajar en el mercado informal están obstaculizadas por dos factores: la mala economía del departamento, una de las más bajas de Colombia y la crisis que está sufriendo Venezuela, con la devaluación del Bolivar.
Los arriendos son caros, provocando las invasiones de terrenos, donde autoconstruyen sus viviendas.
Este es el caso del barrio donde estamos colaborando. Los Olivos es un barrio oficial, pavimentado y, con servicios. Hasta aquí llega Cúcuta. Pero alrededor hay bastantes asentamientos irregulares, donde las personas se han instalado con la intención de salir adelante.
Pero, esta población es muy vulnerable. Primero porque vive en condiciones bastante precarias, con poca comida, donde hay desayuno no hay almuerzo, pésimas condiciones de salubridad, los animales conviven con las personas, no tienen mucha posibilidad de limpieza, las viviendas son pequeñas, las familias son numerosas y viven hacinadas.
El Centro Juvenil y Comunitario Don Bosco siguiendo el carisma salesiano,  nació con el objetivo de formar a los jóvenes en valores para apartarlos de la delincuencia .
Partiendo de esta base ya se vió la necesidad de apoyar ,también, a toda la comunidad. El Oratorio es un espacio abierto, donde son bienvenidos, jóvenes, niños, abuelos, discapacitados, damnificados, madres cabeza de hogar y todo tipo de asociaciones y colectivos, como por ejemplo, los afrodescendientes.
El objetivo del Oratorio y el Colegio Salesiano con estas salidas pedagógicas no es fomentar el asistencialismo, sino generar una conciencia de proveer a estas personas las herramientas para que ellas generen su propio desarrollo.



Carmen Corredor. Voluntaria 2012. 



martes, 21 de agosto de 2012

Suerte


Queridos amigos voluntarios
¡Qué suerte haber podido estar repartiendo sonrisas entre los jóvene que nos acogen con cariño, suerte de haber podido ser útiles, al menos durante una temporarda, en aquellas comunidades que esperan nuestro apoyo, suerte de cumplir una ilusión que nació del alma de los queremos darnos y  recoger lo que nos enseñan cada grupo de jóvenes y mayores con los que nos encontramos y  que faltándoles muchas cosas saben repartir. En fin que nuestra sorpresa final es la de simpre: RECOGEMOS MÁS QUE DAMOS Y nos sentimos felices.

Yo además tengo "un plus" añadido de poder estar más tiempo ya que no me reclama ni el estudio ni el trabajo. Por este motivo, ya he disfrutado del Chaco Paraguayo, concretamente en Fuerte Olimpo, tres meses.

Cuando presenté en verano Casa Maín dejé constancia de algún accidente que tuve, este año tampoco me he librado de las "emociones fuertes" y queridos amigos con alegría os escrito pues Dios quiso regalarme que viva porque mi riesgo de perderla estuvo al límite ya que por accidente me caí al Rio Parguay y bueno, pues no sé deciros más que un ángel dijo a un tal Mario, "anda y rescata a la patosita de Carmen que me está dando trabajo" y aquí me tenéis enviándoos mi cariño y un gran deseo de que vosotros hayáis disfrutado tanto como yo.

La segunda parte la estoy pasando en Casa Maín, ya conocido y esta vez "sueve, bonito, alegre, cómodo" y todo lo bueno y bello que se os ocurra podéis añadir a esta lista, porque así lo estoy pasando y el trabajo se hace fácil.

Sentirme cerca, ya pronto nos veremos y charlaremos distendidos para contar nuestra experiencia.
Un fuerte abrazo. Carmen

Carmen Treviño. Voluntaria

lunes, 16 de julio de 2012

Simplemente no tiene precio


Escribo desde Zway, Etiopia, en la biblioteca del Mary Help College, un centro de formacion y recientemente universitario que fundaron y llevan las hermanas salesianas que se encuentran en esta comunidad.
Es una ayuda quizas ligeramente distinta a la que normalmente desarrollen los voluntarios de Madreselva, dado que por regla general diariamente mi actividad se desarrolla con chavales de 16 años como minimo. Pero creo que es tambien una ayuda muy gratificante dado que en su educacion me creo contribuyente en al menos un pequeño grano de arena a mejorar su futuro.

Aun asi lo mas increible son los fines de semana, en el oratorio, cuando veo a todas las niñas pequeñas, sin dinero siquiera para poder comprar mas ropa que unos ajados harapos, sonreir como si se encontraran en Disneylandia. Una cuerda, algo de imaginacion y muchas ganas es lo ubnico que necesitan para tirarse horas y horas gritando riendo y jugando. La forma en que te aprietan la mano, haciendote saber que simplemente ese contacto es importante. Es curioso porque me doy cuenta de que seguramente en media hora veo mas sonrisas en sus caras de las que veria en cinco horas en un niño delante de una videoconsola.

No tiene precio. La felicidad del que menos tiene, la sonrisa del que menos motivos tiene para sonreir, simplemente no tiene precio.

Manu. Voluntario 2012

viernes, 25 de mayo de 2012

COLORES Y OLORES… TAMBIÉN, PERO SOBRE TODO PERSONAS


Escribo esto a luz de una vela en Bangalore a 23 de mayo de 2012.
Parece un tópico ya manido decir que La India es una explosión de sonidos, colores, olores y sabores, pero si algo puedo destacar de este primer mes de estancia en La India como voluntaria de gestión de proyectos de Madreselva, son las personas, algo que a veces en el caos de la vida cotidiana queda soterrado.
La calidad humana y profesional de las Hermanas, está más allá de toda duda, son amables, hospitalarias, tiernas y trabajadoras. Además, el contacto con la gente es lo que te permite sobrellevar día a día: las horas de viajes, el cansancio, la añoranza, el picante en las comidas, el calor, los cubos de agua helada o la búsqueda de agua mineral.
Las personas que he conocido no sólo eran beneficiarios de los proyectos de Madreselva, sino que también eran vecinos del pueblo o gente de paso. Aun así me daban las gracias por estar allí, por saludarles, por entrar en sus casas, por hablar unas pocas palabras de malayalam, tamil, canara o telugu. Son seres tolerantes, curiosos, respetuosos y sonrientes. Si bien esto no es un tratado antropológico, sí es una forma de explicar la huella que estas personas desinteresadas están dejando en mí.
Las mujeres son amables y muy simpáticas, todas quieren saber más de ti: tu nombre, tu trabajo, si estás casada, si fue un arranged marriege, si tienes hijos, hermanos, los nombres de tu familia, tu país, pero sobre todo quieren saber si te gusta su pueblo, su casa, sus ropas, su comida… Buscan un punto de conexión y les encanta tu color de piel o de pelo. Mientras tu piensas que esta palidez occidental no sienta bien a casi nadie; que el tinte está dejando entrever tu color original, más similar al de ellos; y que los mosquitos te están  enrojeciendo la piel, porque por supuesto solo les gusta la sangre extranjera.
Los niños y las niñas, tienen reacciones diversas: la mayoría de las veces son cariñosos, curiosos y quieren jugar, pero también los bebés lloran o se esconden y es que en este mes he visitado regiones que pocos occidentales pisan a lo largo del año. Además quieren saber de ti, quieren fotografiarse contigo (aunque lo que más les gusta es verse después reflejados en la cámara), llaman a los vecinos para que vengan a saludarte y quieren explicarte en las pocas palabras de inglés que conocen qué hacen, qué estudian o cómo se juega al cricket, deporte de masas en el país. Después de hablar, jugar y bailar con ellos y verlos en diferentes circunstancias y situaciones, descubres que tienen una bondad muy llamativa para su edad, son obedientes por lo general y muy aplicados, aunque claro son niños. Al final de la conversación siempre dirán thank you, con ese peculiar acento suyo.
Los hombres son más serios, contenidos y distantes, aunque una vez que les saludas sonríen bajo su imperturbable bigote. Se parapetan detrás de las mujeres y los niños, pero por lo general son igual de curiosos y les llena de orgullo que hables con ellos o explicarte cualquier cosa.
Los jóvenes son adolescentes como en cualquier lugar del mundo y sonríen a tu paso, pero se sonrojan si les hablas, y las jóvenes son muy tímidas y calladas, pero en cuanto pueden se acercan y comparten su vida sin tapujos contigo.
Por supuesto la riqueza de La India es que estas características se entremezclan, cruzan y generan relaciones singulares cada día según la persona y el momento. No puedo generalizar con lo poco que conozco, pero estos son algunos rasgos que he observado, y se puede decir que las personas son el mejor capital que tiene este país. Si alguna vez has oído el tópico de que los indios son pesados con los extranjeros, puede ser, en zonas turísticas sucede, pero en el interior de La India, en sus pueblos y callejas te ayudarán a encontrar una calle, a salir de un apuro, te invitaran a cualquier cosa con tal de que compartir un instante contigo y conocer, sociables hasta el final. 

Tatiana Villacieros (Voluntaria de Gestión de Proyectos)

lunes, 23 de abril de 2012

Desde el Hogar "Don Bosco" de Honduras


Este es mi cuarto mes ya por honduras, antes de llegar aquí lo poco que sabía es que me iba a ir de voluntario a un hogar para niños en riesgo de exclusión social a uno de los países más peligrosos del mundo (hace un mes la ONU declaro a Honduras como el país más peligroso del mundo). Pero no es lo mismo escuchar esas palabras que conocer de cerca esta realidad en un país en el que vemos a diario 5 o 6 muertes a causa de armas.

Pero dentro de esta realidad me encuentro en el Hogar Don Bosco con unos 53 niños y niñas de entre 8 y 14 años, estos niños vienen de situaciones muy difíciles, son muy pocos los que tienen mama y papa muchos de ellos viven solo con sus mamas y hermanos o con su abuela debido a que hace tiempo que sus padres murieron o se encuentran en la cárcel. Todo esto va generando en los niños que tengan que encontrarse siempre a la defensiva y salten los unos contra los otros. Sin embargo a la vez son niños que siempre van a tener una sonrisa, o un abrazo para ti

En el hogar los niños desde el principio me acogieron encantados, mis labores por aquí son entre otras ayudar en todas las tareas que sean necesita en el hogar, dar refuerzo, arbitrar partidos y lo que más me gusta de todo, dar talleres de graffiti. Desde que llegue y  se enteraron de que iba entre otras cosas a realizar estos talleres muchos de ellos quisieron apuntarse. En estos tres meses hemos pintado varios de los muros del hogar y cada vez que empezamos a pintar algo nuevo les gusta mucho y lo hacen con muchas ganas. Un día una de las niñas de mi taller se me acerco y me dijo que le gustaba mucho que hubiera venido y esté con el taller de graffiti y si no fuera porque estoy yo aquí nunca hubiera aprendido a como dicen ellos: “hacer letras cholas”.

En realidad es muy difícil expresar todo lo que estoy viviendo por aquí, y como dicen que una imagen vale más que mil palabras os dejo con los murales que por ahora hemos realizado en el hogar


Miguel (Voluntario de Madreselva)

martes, 20 de marzo de 2012

Volando entre experiencias


Antes de salir de casa reviso mi mochila, siempre me da la impresión de que me dejo algo, ese algo de lo que me suelo acordar nada más llegar a mi destino.

Es Miriam la que me recoge, la pobre lleva unos cuantos km a la espalda, pero como ella dice, merece la pena moverse para estos pequeños momentos que en tan grandes se convierten.. Qué ganas de tenía de verla!!!

¡Mohernando! La verdad es que el día acompaña, parece que el sol vino ya para quedarse.

Los “nuevos” ya están allí, los veteranos vamos llegando.

Miro hacia atrás, me aproximo a esos mundos que van describiendo, viajo a Colombia, a Etiopía, cojo el vuelo a Perú y me desvío a Paraguay. Me veo allí, sin conocerlos, inmersa en cada una de esas historias. Es nuestro turno, próximo destino, siguiente relato, Mozambique.

Comencemos por el Sur, pasemos por el Norte. Y de repente, dejo de estar en esa sala para volver allí. Intento transmitir, recomendar, hablar, y entonces me emociono.. No lo pude evitar, creo que aquello también dijo, que aquello fue lo que mejor pudo describir esa parte de mí que conmigo no volvió.

No hay idiomas ni fronteras, no hay colores ni culturas, hay sonrisas y experiencias, hay historias y personas.. Hay un país del que poco sabía, del que otros me decían que enamoraba, del que ahora os digo yo que me enganché..

Nos convertimos en niños, llega la noche. Juegos y risas, bailes para esos grandes que fueron pequeños, sueños viajeros, vuelos que dormidos comenzamos a enlazar..

Sólo espero que al año que viene cuando nos volvamos a juntar seáis todos vosotros los que me dejéis volar hasta aquellos países, los que me enseñen cada uno de los rincones que os hicieron sentir especial.

Alejandra Cortes (Voluntaria veterana)

jueves, 9 de febrero de 2012

Cuando hay voluntad, ¡no hay imposibles!

16 mujeres (15 mozambicanas y 1 vasca) continuamos, por segundo año consecutivo, esforzándonos para ver realizado nuestro sueño de crear la primera Asociación de Mujeres Emprendedoras que va a dar la Escuela-Taller de Asociaciones de Mujeres Emprendedoras de Inharrime, en Inhambane (Mozambique).

El grupo actual de 15 mujeres, que ya está en proceso de oficializarse como Asociación, participa, semanalmente, en la formación teórica (“Cómo comenzar un Negocio”, “Plan de Negocio”) y en la formación práctica (producción y venta de productos agrícolas) sobre emprendedurismo, que tiene lugar en nuestra Escuela-Taller Mame Txitinga Txahombe, ubicada en el barrio de Madovela.

Además de esto, en febrero de este año 2012 vamos a dar inicio a los cursos de capacitación en costura. Prevemos que, para comienzos de 2013, la Asociación Intuanano (“Unidas”, en lengua local chopi) haya producido su primer lote de uniformes escolares que, inmediatamente, pondrá a la venta, inaugurando, así, el negocio escogido por ellas en la previa fase de la formación empresarial y que posibilitará una considerable mejora en la calidad de vida de ellas y de sus familias.

Los medios de los que disponemos en la Escuela-Taller no son muchos, pero constituyen un mínimo para dar continuidad al proyecto: disponemos de nuestra Escuela en materiales locales –¡este nuevo año equipado con mesas y bancos!-; un pequeño terreno para producción agrícola; una residencia que acoge a la voluntaria coordinadora del proyecto (Idurre Ormaetxea) y hará las veces de almacén y sala de costura, entre otros. Disponemos de 2 máquinas de coser cedidas por las FMA de Inharrime y contamos con constituir durante este año un Equipo Facilitador formado por la coordinadora del proyecto, una profesora de costura, una técnica en agricultura y la futura profesora de Emprendedurismo de la Escuela-Taller que es, a la vez, miembro de la nueva Asociación Intuanano.

Juntas, queremos trabajar este año 2012 con el objetivo de sacar adelante una Asociación fuerte, constituida de mujeres formadas y capacitadas para realizar con éxito y con autonomía el negocio escogido por ellas.

El sueño que abrazamos requiere de una voluntad inquebrantable y de un esfuerzo sin límites. Las mujeres que lo soñamos, somos dueñas de esa voluntad inquebrantable y de ese esfuerzo ilimitado. ¡Unidas, Intuanano, tendremos nuestros sueños en las palmas de nuestras manos!


Idurre

jueves, 19 de enero de 2012

En el ecuador de mi experiencia, “ya pues Sandra…”

Hola a todos y todas, gracias por leer este pequeño relato sobre lo que esta siendo mi experiencia en el hogar Casa Maín, en Santa Cruz.

Llevo ya un mes en el hogar y dos en Bolivia pues antes de iniciar mi proyecto pasé un tiempo con mi madre y mi hermano acá, ella es boliviana y gracias a su sacrificio ahora puedo decir que estoy aquí, al otro lado del charco a miles de kilómetros de mi otro país, España. Aprovecho un pequeño descanso para escribir

y digo pequeño porque si una se lo propone, puede no tener tiempo en el que aburrirse, ¡hay mucho que hacer! En este hogar hay cerca de 120 peladitas (niñas, dicho cariñosamente), la mayor parte de mi tiempo he disfrutado de 50 de ellas que son las que no han podido salir de vacaciones con sus familias pues o bien han sido abandonadas o ellas mismas han escapado de su casa a causa de la violencia parental o corren un elevado riesgo de

ser maltratadas (maltrato en cualquiera de sus tipos, especialmente sexual) por sus familiares.

Me veo como una niña inocente ante ellas y es que, como le contaba a una de las grandes que vive aquí pero ya de manera independiente, cuando una no tiene a nadie conocido a quien le haya ocurrido semejantes destrozos en su vida o tiene la suerte de no haber vivido esas tristes situaciones, pues digamos que es inocente ante esos márgenes de la sociedad, que sabe que existen, pero que no se toma conciencia de ello. En el momento en que miras a la cara a una niña de 8 años de edad por la que sientes cariño porque ya la conoces y te paras a pensar en que ha sido abusada sexualmente por su papá, es ahí cuando el corazón se te cae a los pies y cuando esa inocencia con la que tu venías a realizar tu voluntariado, se va volando.

Por suerte y para mi tranquilidad emocional que a veces se tambalea, estas niñas siempre tienen una gran sonrisa de oreja a oreja, siempre guardan un abrazo fuerte para mí, aunque no entre ellas, siempre piden en la noche que les de mi bendición. A pesar de lo que han podido vivir y de la pérdida precoz de su inocencia, luego haces un juego “infantil” y se lo pasan en grande y eso me llena de ilusión. Saben que tengo un hermano de 14 años y en varias ocasiones les he hecho hincapié en la enorme diferencia que veo entre las que tienen su edad aproximada y él, ellas están mucho más desarrolladas en cuanto a las labores que realizan en el hogar, su forma de pensar y de actuar o si no mismamente yo me comparo con ellas cuando tenía su edad.

He llegado al hogar en una época muy bonita, vacaciones de verano y Navidad, he disfrutado a tope de las niñas/chicas. A los tres días de llegar al hogar, me fui de campam

ento con ellas; ahí es donde tuve la oportunidad de conocerlas a fondo. Después, como viaje sorpresa para las 25 que no tienen familia siquiera que les visite en el hogar, viajamos a Cochabamba, otro departamento de Bolivia. Todo esto ha supuesto para mi una aventura, viajar con tantas niñas, organizar el día a día y, sobre todo, dejarme querer por ellas sin a penas conocerme.


En el tiempo que llevo aquí, he tratado de involucrarme por completo en sus vidas; con razón me preguntan por qué como con ellas y no en el comedor de voluntarios/as como hacen las demás, lo cierto es que ellas me están enseñando muchas cosas que son esenciales para vivir modestamente de espíritu, pero que en el primer mundo no percibimos o no queremos darnos cuenta. Río con ellas todo el tiempo, excepto cuando tienen que hacer oficio o cuando pasamos clases; a veces, eso implica que se cojan el brazo entero cuando tú solo les das medio, pero no me importa, vengo aquí como voluntaria a disfrutar con ellas y a que si les digo una broma, tengan la confianza conmigo como para decirme: “ya pues Sandra”.


Sandri, voluntaria 2011-2012

lunes, 16 de enero de 2012

Empezamos con ganas!!!

El domingo 15 de enero, tuvimos la sesión de juegos con Iñaki como años interiores. Dentro de calendario de formación de los voluntarios "nuevos" y veteranos tenemos el juego como herramienta educativa. Además de aprender para poder desarrollar nuestras actividades en el campos de trabajo de un país del sur, también tiene la función conocernos un poco más y comenzar a dar nuestros pasos como grupo hacia nuestro objetivo común.
Hicimos juegos de presentación, conocimientos, movimiento, contacto, de cooperación, de afirmación... y un taller de "pompas de jabón". Realmente fue una jornada muy completa.




Además contamos con algún voluntarios veterano que compartió tiempo con los nuevos y que luego trabajaron un tema específico con Julia y Marta (voluntarias). Fueron las encargadas de llevar a cabo la sesión específica para los voluntarios más "veteranos". Les explicaron algún juego más, alguna danza e hicieron un taller de cuenta-cuentos.


Terminamos todos junto bailando el "chipi-chipi".
¿Cuándo repetimos?