martes, 26 de marzo de 2013

El agua, ese gran bien


Como semanas anteriores, seguimos informando del sur de India. En artículos anteriores hablamos sobre matrimonios concertados, naturaleza, castas, religión, etc. 
En este pequeño artículo y, aprovechando que ha sido el Día Internacional del Agua, vamos a hablar sobre los problemas de agua en India.


Hace sólo unos días que he vuelto a España y no paro de escuchar “Por favor que pare ya este invierno, que deje e llover” Si bien entiendo que el calorcito se echa de menos y que alegra la vida, el Agua también, y mucho más de lo que nos imaginamos. 

Vengo de un país en el que las personas se queman vivas debido a que no hay lluvia. Como no hay lluvia, no hay cultivos; como no hay cultivos, no hay que comer; como no hay que comer, no hay fuerza para ir a trabajar; como no hay fuerza para ir a trabajar, hay estrés, ansiedad, depresión y peleas familiares; como se dan todas estas situaciones, algunos padres y algunas madres se ven tan desesperados y desesperadas que intentan suicidarse. Esta es la realidad de algunas familias de agricultores en el sur de India. En el último año en las épocas de monzón las lluvias no han sido suficientes e, incluso, inexistentes. Esto ha llevado a perdidas de kilómetros de cultivos. Teniendo en cuenta que gran parte de la población vive de la agricultura, se entiende el malestar y el miedo a no saber cómo alimentar a sus familias, cómo pagar los artículos de primera necesidad, etc. 

A todo ello hay que añadir los problemas de salud relacionados al transporte de agua que niños y niñas y mujeres tienen ya que tienen que andar kilómetros y kilómetros en busca de agua que, en muchas ocasiones, está contaminada o no es suficiente para poder responder a todas las necesidades del día a día (aseo, cocina, limpieza de ropa, alimentación animales, beber, etc.) 

Entiendo que la gente quiere sol y quiere salir de casa, pero de verdad creo que no nos damos cuenta de la suerte que tenemos de tener un año de lluvias, ¿cuántas veces he escuchado en años anteriores, “no ha llovido suficiente, no ha hecho un buen invierno…?” ¿¡Y ahora nos quejamos porque llueve y nieva que es lo que hace en invierno?! Alegrémonos de tener agua, dancemos bajo la lluvia, cantemos mal para que llueva un poquito más (pero sin pasarse) y disfrutemos esta primavera y este verano de tener un agua de calidad que beber, una piscina donde bañarnos para quitarnos el calor, un grifo que nos ofrece agua siempre que queremos. ¡Aprendamos a apreciar lo que tenemos!

Por todo ello, desde Madreselva, consideramos que toda ayuda es buena, ya sea con ordenadores para las aulas, con lo cuales los niños y las niñas podrán ir accediendo a una educación mejor pudiendo, en un futuro, estudiar ingenierías que ayuden a solventar los problemas de agua; con construcción de tanques de agua, como realiza Madreselva en algunos poblados del Estado de Kerala; teniendo una concienciación mayor del ahorro de agua en nuestro país…Tú aportación vale más de lo que piensas, a pequeñita que sea, porque con pequeños detalles construimos grandes cosas, ¡Apoya MicroProyecto Tecnología para el futuro 2º fase! 

Más información del proyecto de crowdfunding: Tecnología para el Futuro 2º Fase en el siguiente enlace: Proyecto en India


Fotografías y texto elaborado por: Lucía López López

lunes, 25 de marzo de 2013

Etiopía, cuna del café


Etiopía es la cuna del café, fue en los bosques de la región de Kaffa donde se encontró de forma silvestre. 

Una de las leyendas más populares habla de Kaldi, un pastor y poeta que llevaba a pastar a sus cabras. Un día Kaldi notó que su rebaño no estaba tranquilo y manso como solía estar, sino que se comportaba de forma extraña y agitada. Kaldi descubrió que los animales se comportaban así porque habían comido unas semillas rojas. Kaldi llevó algunos frutos y ramas de ese arbusto a un monasterio y allí el Abad los hirvió y se desprendió un delicioso aroma que hizó pensar en una bebida y así surgió el café.


El café etíope se clasifica según su grano, las condiciones de cultivo y el procesamiento (seco o húmedo). Anualmente Etiopía genera entre 200 y 250 mil toneladas de café, de las que gran parte se exporta. Pero además, los etíopes beben café con asiduidad y de forma ceremonial. Al menos una vez al día la familia se reúne en torno a una jarra de café para estrechar los lazos familiares. Por otra parte, la ceremonia o fiesta del café se hace como bienvenida. Los etíopes limpian, tuestan, muelen y preparan el café para el invitado que se espera que este en casa del anfitrión al menos dos horas antes. Suelen acompañar el café de palomitas dulces y pan.

Tenemos abierto un proyecto de crowdfunding para apoyar la salud en Dilla (Etiopía). Más información en:  http://www.colaboramas.org/index.php?option=com_comprofiler&task=pluginclass&plugin=cbgroupjive&action=groups&func=show&cat=4&grp=41

Elena Álvarez (Alumna en Prácticas)

viernes, 15 de marzo de 2013

Un paseo por Dilla (Etiopía)


Las pocas noticias e imágenes que llegan a España sobre Etiopía hacen referencia a hambrunas, conflictos, miserias, y, como mucho a algún gran atleta. Sin embargo, Etiopía es mucho más que eso, es un país de grandes contrastes, por la gran variedad de paisajes que ofrece su geografía de Norte a Sur, por la enorme riqueza histórica y cultural, y por lo diferente que es la gente, en sus rasgos y en su carácter, del resto de los países del África Subsahariana. El año pasado tuve la oportunidad de viajar allí a visitar en pocos días algunas de las muchas misiones que las Hermanas Salesianas tienen en el país. Mi viaje terminó en Dilla, una zona verde, frondosa y montañosa a 360 km al sur de la capital, Addis Abeba, donde se encuentra el centro de Salud Don Bosco, que las Hermanas gestionan desde el año 1986. Los servicios que se prestan allí desde entonces son: medicina general, atención pre-natal y postparto, laboratorio, inmunización, vacunación, etc, siempre a cargo de personal local especializado. Más 22.000 personas son atendidas anualmente, unas 85 personas cada día. Una de las actividades más importantes del centro es el Programa Nutricional, donde, entre otras actividades, se da atención sanitaria semanal a más de 100 bebés de 0 a 2 años y para los cuales se entregan leche y galletas nutritivas. Las tasas de mortalidad infantil que se registran en la zona de Dilla son más elevadas que las que corresponden a la media nacional de Etiopía, que ya son de por sí muy altas (127/1.000 para niños de menos de un año y 174/1.000 para niños de menos de 5 años). Una de las principales causas de muerte son las altas tasas de desnutrición aguda, crónica, y el estado de vulnerabilidad que presentan los niños y niñas, lo cual se ve empeorado por la falta de un acceso adecuado s servicios de salud y educación preventiva para adoptar estilos de vida saludables.
Es muy importante también el seguimiento que reciben las madres durante el embarazo, así como la formación en cuidados para los recién nacidos y los primeros meses de vida. Hasta este año no era posible atender partos en el centro, pero recientemente se ha convertido la sala de espera en una sala de partos, por lo que ahora las madres ya pueden acudir allí a dar a luz en condiciones de higiene y con personal cualificado, lo cual contribuirá a disminuir la mortalidad tanto de las madres como de sus hijos.
El hecho de que la situación de estos países y otros de la zona esté tan olvidada en los medios de comunicación, y el momento de mezcla de oportunidades y retos que allí se viven, hacen que tener la oportunidad de adentrarse en ellos, viviendo la dureza y austeridad del caluroso día a día, acompañada de personas que han dedicado su vida a éstos, tenga una “magia” especial que deja huella y anima a seguir trabajando cada día por tratar de apoyar las necesidades de sus poblaciones y a luchar para que se conozca su realidad y para que la escasa ayuda internacional que recibe se mantenga y aumente, en vez de desaparecer con la excusa de “nuestra crisis”, que hace que se olviden y endurezcan las verdaderas crisis a las que se enfrentan cada día millones de personas, en Etiopía y en todo el mundo.

Acabamos de iniciar un microproyecto de crowdfunding para la Clínica de Dilla. El crowdfunding es la cooperación colectiva, a través de muchas pequeñas aportaciones conseguimos lograr acciones significativas. Lo importante es que colaboremos muchos. Mas información en el siguiente enlace: http://colaboramas.org/ o http://www.madreselvaongd.net/


Beatriz Tavera (Técnico de proyectos África)











martes, 12 de marzo de 2013

Mis últimas semanas en India


Mis últimas semanas en India son…llenas de sentimientos, pensamientos, análisis... Pienso en cuando escribí “Mis primeras semanas en India” y parece hace una eternidad a la vez que me parece que pasó sólo hace un par de semanas, una sensación extraña de concepción del tiempo. Todas aquellas cosas que veía con ojos de principiante ahora son parte de mí día a día; comer con las manos, chicas vestidas con saris de chillones colores, ese sabor picante en la comida, monos por las calles, olor a jazmín de las flores de las chicas en el cabello…
Hablar de INDIA, para mí, es muy difícil. Puedo hablar de los lugares en los que he estado, pero no de todo un país con 28 estados en su interior cada uno con distintas realidades y dificultades. Así, puedo hablar de cuando estuve en Kanakakunnu, un pequeño pueblo en una zona de montaña en el estado de Kerala donde apenas hay población joven, ni contacto con las nuevas tecnologías, ni acceso al agua, donde el cielo es azul, respiras naturaleza y no hay basura por las calles. Me trae recuerdos de un lugar tranquilo, donde podía pasear por el campo y visitar a las familias que me invitaban a sus hogares a comer un poco de arroz con curry. Era como estar en la España de nuestros abuelos, en la que la gente trabaja en el campo y lleva una vida tranquila, con algunas tradiciones algo conservadoras y otras que no deberían perderse, vida de pueblo, al fin y al cabo. Pienso en Puthiyathura, un pequeño pueblo pesquero, en el que la playa está llena de basura y urracas, hay muchísimas población (tanto joven como anciana), donde por las tardes los chicos (y las guiris como yo), que no las chicas, pueden jugar al volleyball en la playa, donde a dos pasos tienes lugares llenos de turistas bañándose en el mar, donde disfrute del sol, la playa, el mar, la gente y la entrada a un nuevo año. 

Luego pienso en donde me encuentro ahora, Chennai, una gran ciudad, capital de estado de Tamil Nadu, con un tráfico loco, contaminación, nuevas tecnologías por todos los lados, ruido en las calles, gente que sabe hablar inglés y que tiene el tiempo muy ocupado en trabajar y otras cosas… ¡Nada que ver! Eso sí, cada lugar tiene su aquél y te enseña algo nuevo de este gran país con pequeños países en su interior.
Este país, que tanto me ha enseñado, está en un momento de plena transición, o así es como lo veo yo, en el que en las grandes ciudades empiezan a tomar conciencia de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, en el que quieren una educación primaria para todos y todas, etc. Aunque luego la realidad y el día a día es muy diferente según el lugar en el que vivas, si eres mujer u hombre, la casta a la que pertenezcas o la religión a las que seas devoto/a. En el caso de que vivas en un pueblo, no tendrás apenas acceso al agua, los problemas de sequía, por los menos en el sur de Tamil Nadu, estarán a la orden del día, donde los problemas de abuso sexual a niñas y mujeres siguen sucediendo quedando impunes los agresores, donde los hospitales a los que puedes acudir se encuentran a varios kilómetros y están abarrotados de gente sin suficiente personal para atender, donde en los colegios a los que llevar a tus hijos no tienen suficientes profesores para enseñar de forma adecuada a leer y a escribir a los 40 niños y niñas que tienen por clase (número impuesto por el gobierno) porque la realidad es que suele haber más…Y sin encima eres de una casta más baja (o los llamados dalits, los sin casta) y mujer ¡Apaga y vámonos! Seguramente estudiarás hasta los 15 años o así, durante tú proceso educativo serás menospreciada por algunos de tus compañeros y no tendrás apenas tiempo para estudiar porque tienes que encargarte de las tareas del hogar y de cuidar a tus hermanos pequeños. Cuando te acerques a los 15, en el caso de los pueblos, a los 23, en el caso de las ciudades, tus padres empezarán a buscar un buen marido para ti. Tú tendrás algo de libertad de elección, aunque bastante limitada, y finalmente una vez que todo esté arreglado en 2 o 3 meses en algunos casos, en 8 o 12 en otros, estarás casada con una persona a la que apenas conoces y con la que pasarás el resto de tu vida, esto si no te abandona…En el caso de que vivas en ciudad y pertenezcas a una casta media, tus derechos serán algo mejores, podrás estudiar hasta secundaria y trabajar en un call center, un supermercado, en una oficina como administrativa…Pero para ellas, es su realidad, no conocen otra y viven situaciones que para nosotras, personas con otra tipo de mirada, no las podríamos tolerar y, que en muchas ocasiones, no son tolerables, por lo menos desde mi mirada.


Perdón, que desvarío, como decía, mis últimos días en India me hacen pensar y analizar las cosas que he visto, las cosas que voy a dejar, las cosas que he aprendido y que puedo llevar a España, los amigos y amigas que dejo atrás pero a los que tendré cerca gracias a las nuevas tecnologías en algunos casos y a los que tendré que escribir cartas como hacía cuando era niña en otros, todos los sentimientos que he tenido (varios y muy diversos), todo lo que una vez fue algo nuevo y que luego se ha hecho parte de mi vida, todos los contrastes que he visto, aprovechar los últimos momentos con cada persona, con cada lugar, con cada sentimiento…
Mis últimas semanas en India son… ¡indescriptibles!


Lucia Lopez