jueves, 27 de enero de 2011

¡por favor! ¡sólo es un niño!


Chiúre, Mozambique. Un lugar tan diferente al lugar en que he crecido que… cuando intento describirlo no sé por dónde empezar… ¿Su cielo?, ¿sus estrellas?, ¿su calor?, ¿sus gentes?... Un lugar que sin estar… es difícil llegar a imaginar…

La suerte de nacer en un país norteño ofrece privilegios que desde aquí no somos capaces de valorar: educación, comida, casa, agua, ropa, familia, sanidad, reconocimiento…

En cambio, un niño (¡por favor! ¡sólo es un niño!) con la misma mirada inocente, la misma sonrisa pícara que desea jugar, las mismas manitas pequeñas… sólo por haber nacido en el sur: no bebe agua limpia, no tiene un hospital cerca y si lo tiene no es posible pagarlo, no tiene un techo que aguante lluvias torrenciales, no sabe leer, escribir, come malamente si es que lo hace… y ni siquiera está inscrito en un registro que sepa de su existencia…

¿No tiene derecho a los derechos básicos de cualquier persona (también llamados derechos humanos)?, ¿Dónde está la diferencia?, ¿Por qué nosotros sí y ellos no?, ¿Acaso no hay para todos?, ¿No podríamos entonces tener menos para que algunos tengan más?, ¿Es utópico?.

Bien, aún estando en un lugar en el que el menú era siempre el mismo, no había ducha, la cama no era demasiado confortable, mi familia estaba lejos, no gozaba de privilegios como comer regalices, llevar los zapatos de moda o salir de copas con los amigos… No echaba nada de menos (quizás porque sabía que la fecha para volver a casa se acercaba); pero… la realidad es que… casi dos meses después de estar aquí, en mi “supuesto lugar” (creo que tan sólo marcado porque aquí está mi familia…), echo de menos ver el cielo, echo de menos a mis compañeras de viaje, echo de menos a la gente cantando, echo de menos ir andando a los lugares, echo de menos tener tiempo para escuchar música, y sobre todo, … echo de menos esa magnífica sensación de paz que me acompañaba día tras día… Pensándolo bien, creo que paz que proviene del hecho de no pensar en mí. De no pensar en mis necesidades, de no tener la necesidad de avanzar y cumplir metas… sólo la necesidad de despertarme y recibir sonrisas a cambio de trabajo… una remuneración que me hacía rica el alma…

Y como última reflexión me pregunto: un país del norte es capaz de asegurar las necesidades básicas a su población, al tiempo le otorga ciertos lujos materiales… ¿este aspecto provoca que perdamos los valores morales y nuestra felicidad se vea condicionada por el materialismo en lugar de por el bienestar espiritual?.

Inma Sánchez. Voluntaria 2010

martes, 25 de enero de 2011

UN DIA EN CHIURE


Son las 6:30 a.m., suena el despertador “Buenos días Ale” Ducha con baldes de agua, vestirse e ir a desayunar lo de todos los días, ese desayuno que más adelante echarás tanto de menos; Café con pan y mermelada de papaya. Pequeña charla matutina sobre los acontecimientos del día anterior que no dieron tiempo a hablar por el cansancio de la noche y prepararse para comenzar el día.

En la escolinha ya están l@s pequeñ@s jugando por el patio. Toca hacer comboios y cantar los buenos días antes de entrar a las salas. En la clase todo es un poco caótico, excepto en la de Miriam (se nota que es profe de escolinha) La mañana transcurre como transcurre la mañana en cualquier guardería; juegos, lloros, peleas, risas, carreras…

Llega la hora de comer. Repartir la comida entre l@s pequeñ@s que han venido ese día a clase y a comer, que nosotras también nos lo merecemos. A la hora de comer, comentamos las anécdotas de la mañana.

Después de comer, un ratito para cada una; descansar, preparar las actividades para la tarde, lavar ropa, etc.

Ya son las 14 p.m., hora de ir al campamento de verano que hemos organizado. Para nuestra sorpresa han acudido bastantes niñ@s y, lo mejor de todo, es que vienen todos los días, algo extraño en este pueblo en el qué lo normal es que un día se vaya a clase y cinco no. Me encanta oír las risas cuando hacemos la bienvenida al campamento, ver el interés que ponen al realizar sus actividades, todo es nuevo para ell@s.

Llega la tarde y con ello, la hora de cenar. Me asombrar cómo las comidas marcan nuestro horario, por otro lado, lo agradezco, sino el tiempo se nos escaparía de las manos sin darnos cuenta. Después de cenar, como casi todas las noches, lavar los platos con las meninas, 4 chicas que viven con las hermanas terminando sus estudios mientras deciden si en un futuro se formarán para ser hermanas, o no. Momentos de risas, canciones, charlas sobre sus costumbres y las nuestras….En fin, momentos difíciles de olvidar.

Después de lavar platos es nuestra hora. Vamos a las sillas de enfrente de nuestra habitación, desde allí se ve el cielo, ese cielo que desde nuestra ciudad apenas apreciamos. Hablamos sobre el día, sobre anécdotas de nuestra vida, nos desahogamos si ha sido un mal día, nos reímos si ha sido uno bueno. Para mí, uno de los mejores momentos del día, ese en el que puedo compartir con mis compis de viaje todo, he tenido suerte con ellas, es necesario tener alguien con quien compartir la experiencia, por lo menos, para mí.

Ya es tarde, estamos cansadas. Buenas noches, mañana será otro día en el que nos levantaremos dando gracias por haber nacido donde hemos nacido y por estar viviendo esta experiencia, conociendo esta cultura, estas personas, que sin saberlo todavía, nos están dando tanto. Gracias.


Lucia López. Voluntaria 2010

lunes, 10 de enero de 2011

Año del voluntario/a


Si nuestras esperanzas de construir un mundo mejor y más seguro para todos

han de ser algo más que un deseo,

necesitaremos, más que nunca, la colaboración de los voluntarios.

Kofi Annan


Convertir al 2011 en el Año Europeo del Voluntariado supone una importante apuesta por el voluntariado como una auténtica herramienta de transformación social. Supone reconocer que el voluntariado ha sido y es una expresión de la participación ciudadana que hace su aportación a asuntos de interés común y que denuncia las situaciones con las que no está de acuerdo.

Entre los objetivos que se han marcado para este año está el trabajar para lograr un entorno que favorezca el voluntariado, ofrecer medios de actuación a las organizaciones de voluntarios y mejorar la calidad del voluntariado.

Durante el año se celebrarán por toda Europa multitud de eventos, exposiciones y actividades de todo tipo. Además, se ha creado una página web de la Comisión Europea donde se puede consultar toda la información sobre el Año Europeo del Voluntariado a escala europea y otra a nivel estatal.


Para Madreselva el voluntario es parte fundamental de su organización por ello, durante este año va a seguir reconociendo esa gran labor que hacen en los diferentes actividades y proyectos que tiene Madreselva en España y fuera en los distintos países del sur.

En estos momentos tenemos un grupo de unos 30 voluntarios formándose para tener una experiencia del voluntariado en verano, además del grupo de veteranos que sigue trabajando y preparándose.


Más información sobre el año del voluntario: http://europa.eu/volunteering/