“Juanito (el sereno), ¿ves a la mujer de la limpieza por las mañanas???” “¿Què? ¿Còmo? ¿Qué si beso a la mujel de la limpieza? Pero como dices eso, yo ya tengo mujel, jejeje.”
Me gusta el lugar donde estoy, me siento muy bien, acogida entre todas estas personas y sobre todo personitas que en seguida tienen un abrazo para ti. Seguramente estas palabras resultan bien conocidas a otros tantos y tantas voluntarios /as que salen este año. Después de 17 días en La Descubierta (República Dominicana), por fin me pongo de verdad a escribir sobre mi experiencia. Aquí estamos las voluntarias Raquel, Cristina y yo un poquito incomunicadas en lo que respecta a internet, por ello escribo en una computadora que hay en la casa para después llevar directamente el texto al único lugar del pueblo donde solo funciona un ordenador cuando hay luz. Me gusta, es una limpieza para mí la que estoy consiguiendo aquí al no estar tan pendiente o más bien, atada a un celular, computadora, televisión, etc. ¡Qué gusto sólo preocuparte de lo realmente importante, de lo realmente interesante, de lo que en verdad se puede aprender!!!
En mi opinión y cómo ya me advirtieron algunos dominicanos/as antes de venir aquí, la gente vive feliz, no ansían como suele ocurrir en los países del norte, aunque también es cierto que yo no estoy en la capital, sino en un pueblito que como característica añadida se encuentra a 10 km de Haití y acoge a muchas personas de este país que se encuentran en situación irregular. Lo que no quiere decir que todos y todas no tengan deseo de mejora y superación.
Pienso en mi vida en Madrid y en mi vida aquí, pienso en la situación de los niños y niñas aquí y comparo con la vida de mi hermano (12 años) allí y me alucino por cómo el hecho de nacer en una parte del mundo u otra determina sobremanera nuestras vidas...
Pasemos a algo más bonito y menos sentimental. Antes de viajar, conseguí gracias a Iñaki, nuestro “profe” de juegos, un paracaídas. Nos ha venido muy bien aquí para hacer un primer intento de integración entre dominicanos y haitianos. Me sorprendió cuando Cristina (voluntaria veterana en La Descubierta) me contó acerca del rechazo que demuestran los primeros hacia los segundos. Esta situación viene de tiempo atrás como hemos podido preguntar a gente de aquí. Por ello se nos ocurrió tratar de hacer al menos una vez a la semana integración. El paracaídas ha sido una buena manera de reunirnos en un gran círculo, darnos abrazos, aprendernos bien nuestros nombres e intentar colar un balón con ayuda de todos y todas en el agujero.
Así mismo, cuento que he podido ver en primer plano las reliquias del padre de esta gran comunidad, Don Bosco, en Barahona, en compañía de Miguel, Luis, María y Vanesa y un cocodrilo americano, existente ya sólo en el lago Enriquillo. Gracias a las hermanas, especialmente a Sor Catalina, pudimos ir a Haití y observar de primera mano lo que anteriormente nos contaban o veíamos en la televisión. Ahora mismo son las 15 30 horas y a las 16 00 haremos un super taller de pulseras y collares con los y las mas grandes del pueblo. Por ello os voy a ir dejando... Creo que a mi retorno, mi vida dará un vuelco impresionante.
Sandra, voluntaria novata.
Sandra me alegro mucho por la experiencia que viviste en mi pueblo querido. Espero que a raiz de esta experiencia motives a más persona a que lleven su servicio a tantos niños y jóvenes que de verdad los necesitan. Antes yo era animador del oratotrio y siempre en el verano ayudaba juntos a los voluntarios que venian de madreselva...tengo muchos buenos recuerdos. pues mi nombre es Carlos Cuevas ahora estudio en la capital.
ResponderEliminarme alegra que responda alguien de allá, supongo que no te conoceré... quien he conocido como animador este año es Robert, no sé si sabrás quien digo...
ResponderEliminarme llevo un muy bonito recuerdo de tu pueblo y una gran experiencia
sandra