TESTIMONIO DE UNA ANTIGUA
ALUMNA
Danica Cultivo
Antigua alumna y empleada
MHCS Minglanilla, Cebu (Filipinas)
Desde el inesperado terremoto en Bohol y Cebu hasta el mayor tifón
sufrido hasta la fecha en Visayas Central y Oriental, puedo decir que 2013 fue
un año lleno de eventos catastróficos que nos conmocionó a todos. El Tifón
Yolanda dejó miles de muertos y personas desaparecidas, numerosas familias sin
hogar, hambre y una situación peligrosa que aún perdura. Situaciones como ésta potencian
nuestro sentimiento de empatía, compasión y nos animan a actuar.
La Comunidad Educativa MHCS – Cebu inició las operaciones de socorro
en EC Vida, Bayani y Banal. Incentivábamos y motivábamos a los estudiantes a
ayudar en la manera en que les era posible, a actuar todos en uno, junto con
nuestros hermanos y hermanas quienes fueron gravemente afectados por la
reciente catástrofe. Siendo la encargada de recibir las donaciones, estaba
sorprendida de lo grandes y generosos que eran los corazones de nuestra gente
joven y padres, que además de aportaciones económicas, aportaron también tanto
ropa como alimentos. Ninguna aportación era pequeña si venía del corazón.
Impulsada por lo que hizo la gente joven, tuve que pensar en algo que
pudiera hacer para ayudar de alguna manera. Sabía que no tenía tanto como para
colaborar económicamente, pero tenía mucho tiempo, por lo que me impliqué en
actividades relacionadas con las operaciones de socorro, colaborando en la
preparación de alimento, el empaquetado y el reparto. Otros jóvenes, padres,
Hermanas, antiguos alumnos y otros trabajadores apoyaron continuamente nuestros
esfuerzos.
No sé en cuántas operaciones de socorro he participado en este periodo
de tiempo, he estado en diferentes ciudades para colaborar personalmente, pasando
tiempo con las víctimas, ofreciéndoles contacto, sonrisas, palabras amables,
empatía, atención y escucha. Creo que he sido testigo de demasiadas cosas.
Francamente, creo que es un reto capturar las imágenes de la inimaginable
destrucción causada por el Tifón Yolanda en las vidas de miles de personas. Fue
descorazonador escuchar las terribles historias de los supervivientes y sus
familias. Sentí el llorar de los corazones, el dolor de la gente.
Y a pesar del desastre, pude ver y sentir cómo de fuertes son las
personas. Ellos continúan mostrando una increíble fortaleza a pesar de que la situación parece poco
prometedora. De alguna manera, puedo ver
esperanza en medio del sufrimiento. Creo que renacerán una vez más. Como dice
el famoso lema “#Bangon Philipinas”, ¡PODEMOS Y LO HAREMOS!
Recordad que Madreselva sigue trabajando por la recuperación de los hogares de las familias afectadas, con muy poco se puede hacer mucho. ¿Nos ayudas a conseguirlo?: www.madreselvaONGD.net
¡¡GRACIAS!!!
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