lunes, 23 de diciembre de 2013

Voluntariado en Sede Central

Encontrarte con personas dispuestas a enseñarte, ayudarte y ofrecerte siempre su mejor sonrisa es el mayor de los regalos que la vida puede ofrecerte.
Precisamente eso es lo que encontré en Madreselva, a penas estuve 3 meses en la sede de voluntariado de Madrid, pero desde el primer día me recibieron con los brazos abiertos, haciéndome sentir una más.
Cuando empiezas hacer algo nuevo sin tener mucha idea te invade una sensación de entorpecer más que ayudar pero en ningún momento te dejan que esos sentimientos vayan mucho más allá. Desde el primer momento confían en ti y no les importa contarte, explicarte, revisar tus trabajos, aunque eso suponga más tiempo del suyo.
En la sede siempre hay mil cosas que hacer, leerse el Boe con los requisitos para las subvenciones, informes por doquier con fecha de entrega, no te olvides de las auditorias, y las facturas, hacer las entrevistas de voluntariado, mantener al día las redes sociales y hacer los programas de sensibilización, poner al día la base de datos de apadrinamientos, organizar y colocar la biblioteca, archivar y reciclar, los líos informáticos de los que nadie se libra, y aquello que nunca encuentras cuando lo necesitas. Pero siempre amenizado con buena música, charlas entre mesas, un té indio a media mañana, una buena tortillas de patata, o las empanadillas de las hermanas, porque las celebraciones no faltan! Cumpleaños, bienvenidas, visitas! Vamos, que así da gusto.
Por esto y por todo gracias
Gracias por dejarme formar parte de vuestro proyecto
Un beso enorme

Pau

Paula Gil  García. Voluntaria en Sede Central de Madreselva

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