lunes, 12 de noviembre de 2012

El Salvador.



Ya han pasado más de dos semanas desde mi llegada a El Salvador. Días en los que un nuevo mundo  se abre ante mis ojos, extenso, no pudiendo alcanzar a percibirlo por completo.

Nuevo mundo para mi, viejo llamado por otros. Lleno de nuevos misterios, de nuevas aventuras, de nuevos sabores, olores, colores, nuevos sonidos, nuevas personas y nuevas costumbres...
Tiempo de aprender, de explorar, de descubrir.. Tiempo para crecer.

Desde que llegué he intentado buscar una palabra que englobe este “nuevo mundo” para mi.
Nada más bajar del avión y montar en el “carro de Don Manuel”, comienzo a rebuscar en mi mochila de palabras. CONTRASTES.
 
Casas altas, edificios llenos de oficinas, láminas oxidadas bajo las que señoras venden “pupusas” desde el amanecer, adolescentes que corren hacia el bus, niños que en los semáforos te vienen a pedir, recintos en los que señores gritan “vengan a comprar”, gente que comenta sobre “la chelita” al verme pasar.

País desconocido entre los conocidos, de gente increíble, de peligros y costumbres, de verdes paisajes llenos de miradas que te embaucan al pasar, de luchadores, supervivientes de altas mareas en las que condujeron sin timón ni timonel, país acogedor donde los haya.. País que comienza a ganar mi corazón..


Alejandra (Voluntaria de Gestión de Proyectos)

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