En agosto
estuve en Zway (Etiopía): un mes en la misión de las Salesianas, dando clases
de inglés por la mañana y dando todo lo que podía en el Oratorio por la tarde.
Unas 500 niñas me acogieron, unos 1000 ojos me miraron con curiosidad, unas
1000 manos me cogieron de las mías o me tocaron el pelo porque les resultaba
tan diferente y al mismo tiempo tan bonito.
Un mes de mi vida muy fuerte, en el
que ví con mis ojos qué es la dependencia creada por los “blancos” en África. Pero,
sobre todo, ví qué significa “la convivencia interreligiosa”, e invitar, con el
corazón y sin otra razón sino el cariño, a comer cuando sólo hay enjera y patatas.
Un mes,
como otros del pasado, de voluntaria. Sì, ser voluntario/a tendría que ser una
elección de vida. Eso, según mi opinión, no significa irse todo los años a un
país lejano, sino ser coherente como voluntario en tu propio entorno cotidiano
y también saber asumir la dificultad de volver después de una experiencia tan
intensa a tu día a día, sin sufrir por la imposibilidad de salir por el mundo
otra vez.
Éste ha
sido un poco el tema del curso Bact to
the Future, organizado por Don Bosco Youth Net dentro del Programa Juventud
en Acción, en el que participé el pasado fin de semana en Bollington (Reino
Unido), representando a la Confederación Don Bosco y, por supuesto y con
orgullo, a Madreselva.
Durante 4
días, unos 25 jóvenes de 8 países europeos (Reino Unido, Bélgica, Malta,
Austria, Alemania, Polonia, España e... Italia) nos reunimos en la Savio House
de ese bonito pueblo cerca de Manchester, para compartir nuestras experiencia
como voluntarios por el mundo y proyectarlas en nuestro futuro.
Dejé Bollington con una pregunta y una frase en mi cabeza, que os dejo aquí...
Como voluntaria/o... ¿dónde quieres estar?
“Do ordinary things extraordinarily well”
Stefania voluntaria 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario