En India todo puede pasar, todo puede suceder porque las contradicciones y los contrastes forman parte de la vida cotidiana de los indios e indias que se enfrentan con estoicismo a las penurias y sorpresas de los pueblos y ciudades de este subcontinente. Pero estos contrastes también forman parte de la vida de los voluntarios que como yo nos vemos inmersos en un mundo nuevo, caótico y desconocido que se convierte poco a poco en costumbre, orden y hogar del visitante o del turista, del empresario o del voluntario.
Cuando llegué a Chennai, primer destino de mi aventura, pensé que no iba a entender nada y en muchos casos así fue, hace falta madurar cada imagen grabada en la retina, cada olor, cada conversación, cada impresión para sacar conclusiones sobre este país y aún con todo, incluidas miles de páginas de documentación, no resulta fácil comprender la inmensidad cultural de la colosal India.
Los burkas de las mujeres musulmanas frente a los descocados saris de las hindúes, los caros trajes de marca de las oficinistas de clase media junto a los vestidos de exploradora de las turistas y los harapos de los brahmanes; la mezquita, la iglesia, el templo hindú o budista próximos a los centros comerciales de lujo; los zapatos de piel junto a las sandalias destrozadas de un niño o los pies descalzos y tullidos de un anciano; el móvil de última generación frente a los destartalados autobuses sin ventanas… Contrastes obvios, pero no exclusivos, porque si hay algo que caracterice más a India que sus contrastes es su tolerancia, su integración cultural y la convivencia. La oficinista maquillada puede ir sentada junto a la mujer musulmana que utiliza su móvil de última generación en el autobús destartalado, o el niño sin zapatos llevar un uniforme de un colegio reputado de la zona y la turista despistada puede ser una voluntaria española buscando un poco de sentido en este aparente desconcierto.
En esta serie de artículos voy a intentar acercaros a estos y otros contrastes que he podido vivir durante 6 meses en mi aventura por India, ¿os espero la próxima semana?
En la Fundación Madreselva ahora estamos inmersos en un proyecto de microdonaciones en el que puedes participar aportando una pequeña cantidad para comprar y transportar 5 ordenadores para jóvenes y mujeres del centro de formación profesional de Chennai. Y si no puedes donar, ¡ayúdanos a difundirlo!
http://microdonaciones.hazloposible.org/proyectos/detalle/Default.aspx?idProyecto=25
Tatiana Villacieros (Voluntaria 2012)
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